Segóbriga, una pequeña Roma en hispania
¿Cómo sería el mundo sin cristal?
No habría ventanas, bombillas, vasos o botellas, utensilios que hacen nuestro día a día mucho más fácil. Hoy en día dispondríamos de otras opciones pero, en épocas pasadas, la vida no habría sido igual. En los primeros tiempos del Imperio romano aún no existía el vidrio, por lo que cualquier otro material que cumpliera su función resultaba indispensable. Y este contexto es fundamental para entender por qué la ciudad de Segóbriga se convirtió en uno de los enclaves más importantes de la Hispania romana: fue una capital minera que se construyó, fundamentalmente, para abastecer al Imperio de yeso espejuelo, la alternativa al vidrio más valiosa en estos primeros tiempos.
¿Dónde y Cuándo?
Segóbriga se localiza al oeste de Cuenca, en la comarca de La Mancha. El invierno es una estación ideal para entender las duras condiciones en las que tenían que trabajar los valientes mineros de la Antigua Roma, pero también para disfrutar de los tranquilos e infinitos paisajes de la meseta conquense y, con suerte, experimentar la magia que adquiere la antigua ciudad romana con las nieves de los meses más fríos.
En manos de Roma desde el s. I a. C., dentro de los muros del municipium de Segóbriga es muy llamativa la escasez de viviendas. Nunca hubo realmente una gran cantidad de habitantes acorde a las dimensiones de sus espacios públicos e infraestructuras municipales.
¿Cuál era el misterio entonces?
En sus alrededores vivía una gran cantidad de población necesaria para el funcionamiento de las minas. Por tanto, la ciudad de Segóbriga era, fundamentalmente, un centro administrativo, comercial y de ocio para los habitantes de los alrededores.
La Pompeya
española
una ciudad modelo
Segóbriga era la quintaesencia de lo que el Imperio ofrecía a sus ciudadanos. Estaba construida alrededor de su foro municipal, de los templos de los cultos imperiales y de su basílica, lugares en los que se gestionaban las cuestiones administrativas, religiosas, judiciales y comerciales de la comunidad. Tenía espacios especializados en la gestión comercial y distribución internacional de sus recursos mineros, lo que daba a la ciudad un carácter cosmopolita con gentes venidas de todos los lugares del mundo conocido. También vivía allí un importante grupo de altos funcionarios imperiales con sus familias, que se encargaban del cobro de los altos impuestos que generaban las concesiones de explotación de las minas.
La ciudad ofrecía, además, numerosas propuestas de diversión propias de los romanos que la convertían en una ciudad cosmopolita, donde vivían los funcionarios de y de Roma, así como los comerciantes y mineros que procedían de todos los confines del Imperio.
¿Sabías
Que...
…Viriato, el azote de los romanos, se enamoró de su amada en Segóbriga?
Cuando Viriato llegó a Segóbriga, se enamoró de una bella mujer conquense. Iba a visitarla con frecuencia, acompañado de un grupo de hombres de su confianza, a sabiendas de que los romanos querían darle muerte a cualquier precio.
Ella y Cuenca fueron los dos grandes amores de su vida. En un paseo por la Ciudad Encantada, Viriato le pidió a su amada que, si moría en acto de guerra, le incinerasen junto al Tormo Alto, que era, posiblemente, el lugar que más le fascinaba de toda la región.
¿Cómo se entretenían estos romanos?
Segóbriga era el lugar en el que el ciudadano romano podía encontrar las comodidades que le daban sentido a su vida, especialmente las termas, lugar de ocio, de higiene y de encuentro social abierto a todos los ciudadanos por igual. También había numerosas tiendas en las que se podían comprar productos lujosos procedentes de todos los puntos del mundo conocido y contaba con los talleres de artesanos especializados en los utensilios necesarios para las explotaciones mineras.
Pero los edificios más destacados que han llegado hasta nosotros son los relacionados con otro de los aspectos fundamentales para la vida de los ciudadanos romanos: la cultura, el ocio y la diversión: su teatro, donde tenía lugar todo tipo de representaciones dramáticas y musicales y por el que pasaban diferentes compañías que itineraban por las poblaciones del Imperio; y un anfiteatro, de los mejor conservados de España y que, con sus casi 6.000 localidades —como ya hemos comentado, muchas más que los habitantes de la ciudad—, permitía la contemplación de las luchas de gladiadores.
La ciudad decayó con la aparición del vidrio plano —el gran competidor del yeso espejuelo—, pero mantuvo una cierta importancia con la presencia de una élite social local durante varios siglos después de la caída del Imperio y de una sede episcopal durante todo el periodo visigodo y parte de la época musulmana. Realmente Segóbriga nunca dejó de existir: sus piedras y elementos decorativos simplemente cambiaron de sitio, fueron desmontados y empleados en la construcción de nuevos pueblos, aldeas y edificios nobles de las proximidades. De hecho, muchas de esas piedras fueron reutilizadas en la construcción del Monasterio de Uclés.
Segóbriga, con su historia y su peculiar configuración urbana es, tal vez, la mejor forma de explicar qué era el Imperio romano y su influencia sobre todas las orillas del mundo mediterráneo. Un imperio siempre necesitado de materias primas para satisfacer todas las necesidades, desde las de la gigantesca ciudad de Roma hasta las de la última población en sus confines más remotos.
La ciudad reciclada
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Cómo llegar
Segóbriga se encuentra al oeste de la comarca de La Mancha, a 75 km de la capital de la Diócesis conquense y apenas 100 km de Madrid.
Llegar en coche:
Desde Madrid: la duración del viaje es de, aproximadamente, 1 hora 15 minutos, circulando por la autovía de Valencia (A-3) hasta la salida 104.
Desde Valencia: la duración del viaje es de, aproximadamente, 2 horas 30 minutos, circulando por la autovía de Valencia (A-3) hasta la salida 104.
Coordenadas GPS: 39.9207, -2.80473
Qué ver y qué hacer en Segóbriga y sus alrededores
UN TESORO NATURAL ESCONDIDO
Apenas a diez minutos en coche del parque de Segóbriga, se encuentra la laguna del Hito, reserva natural que ofrece un paisaje excepcional tras el periodo de lluvias para amantes de la fotografía y la ornitología. Durante el invierno, numerosas especies de aves como la cerceta común, el ánade rabudo o el pato cuchara se dan cita aquí, así como mamíferos tales como el erizo, el topo y la comadreja.
UNA CUEVA MISTERIOSA
TURISMO
ACTIVO
Al norte de Segóbriga se encuentra Huete, la gran capital de la Alcarria conquense. Poblado desde la prehistoria, este municipio ha sido escenario de batallas, conjuras y otros tantos acontecimientos históricos que hacen indispensable su visita. Su ayuntamiento ofrece toda la información necesaria para preparar la visita con antelación.
ITINERARIOS Y PROPUESTAS
LA RUTA DEL CRISTAL DE HISPANIA
CUENCA BAJO TIERRA
EN UN LUGAR DE LA MANCHA…
Más sobre Segóbriga
El yacimiento de Segóbriga dispone de una completa página web con información detallada sobre el parque y sus actividades, así como un plano interactivo que te permitirá conocer cada rincón de la ciudad y una audioguía que podrás descargar para hacer tu visita mucho más interesante.
Turismo Castilla-La Mancha pone a disposición de sus usuarios información audiovisual sobre el yacimiento y sus alrededores, para que aproveches al máximo tu estancia en Segóbriga.
El proyecto de cooperación territorial El Cristal de Hispania – Lapis specularis explica en profundidad en su web los orígenes y la importancia del yeso espejuelo y todos los restos romanos que se conservan por toda la región. Una herramienta excepcional para disfrutar de Cuenca como un verdadero arqueólogo.