Belmonte, cuando los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgaron por sus tierras
¿EVOLUCIONA SIEMPRE LA HISTORIA POSITIVAMENTE? QUEREMOS PENSAR QUE SÍ, PERO ESTÁ CLARO QUE NO SIEMPRE…
La historia no siempre evoluciona hacia mejor. Podemos ver en Belmonte como en 1350 el infante don Juan Manuel (señor de estas tierras en ese momento) construye un palacio que, acabada la Reconquista, no requiere de ningún elemento defensivo, pero un siglo después su sucesor se ve obligado a construir uno nuevo, esta vez dentro de un fortificado castillo apenas a 3 kilómetros de distancia del anterior. ¿Qué pasó entremedias? Se podría decir que esta tierra fue asolada por los cuatro jinetes del Apocalipsis. El causante: el cambio climático.
¿Dónde y Cuándo?
Siempre es buen momento para visitar Belmonte, Mota del Cuervo y su sorprendente entorno. La Orden de Santiago se encargó de recuperar este enclave durante la Reconquista, trayendo consigo nuevas infraestructuras y equipamientos y los correspondientes avances científicos en materia de medicina, artesanía e industria. Muchas industrias tradicionales son aún visitables en estos municipios, donde todavía se conservan numerosas prácticas artesanas, culturales y gastronómicas de la Edad Media. Es especialmente recomendable visitar Belmonte y su castillo en verano, cuando se organizan numerosas ferias y actividades ambientadas en la excepcional fortaleza, como los encuentros de la liga de torneos.
El cambio climático no es solo cosa del presente
Las consecuencias del comienzo de esta pequeña edad del hielo fueron devastadoras. El primer jinete que cabalgó por estas tierras castellanas fue una gran sequía acompañada por el desplome de las temperaturas, que trajo como consecuencia la esterilidad de los campos y una hambruna asociada. Inmediatamente después, llegaron las enfermedades, que atacaron a una población debilitada: sobre todo, la temible peste negra, y con ella, también el caos social y la guerra. En este contexto, en Castilla la población sufrió un dramático descenso de 6 a 4 millones de habitantes.
¿Sabías
Que...
…este poema se atribuye a Jorge Manrique?
¡Oh, mundo! Pues que nos matas,
fuera la vida que diste
toda vida;
mas según acá nos tratas,
lo mejor y menos triste
es la partida
de tu vida, tan cubierta
de tristezas, y dolores
muy poblada;
de los bienes tan desierta,
de placeres y dulzores
despojada.
Es tu comienzo lloroso,
tu salida siempre amarga
y nunca buena,
lo de en medio trabajoso,
y a quien das vida más larga
le das pena.
Así los bienes muriendo
y con sudor se procuran
y los das;
los males vienen corriendo;
después de venidos, duran
mucho más.
En esta época, se da una de esas contradicciones a las que nos acostumbra la historia: uno de los más brillantes momentos de la expresión del intelecto humano se produce a partir de este momento de tremendo caos y mortandad. Sí, pese a la imagen fértil y amable que tenemos del Renacimiento, su gran antecesora e inspiradora fue la muerte, que hizo tomar conciencia de la frugalidad de la vida y la necesidad de vivir el momento presente —el famoso carpe diem—.
Se cuenta que este poema lo hallaron en el seno de Jorge Manrique cuando estaba herido de muerte en el castillo de Garcimuñoz. Se trataría, por tanto, de la última obra del célebre escritor.
El renacimiento
de Belmonte
En su conjunto, esta es una de las más bellas y mejor conservadas villas de final de la Edad Media y comienzos del Renacimiento en la provincia.
¡Te seguimos contando ahora cómo se produjo este resurgimiento!
En el Renacimiento llegó por fin la calma para Belmonte y, además de ver más asentada a su población, pudo ver materializada su plenitud cultural, social y política entre los siglos XV y XVI, de la mano de los primeros marqueses de Villena: Juan Fernández Pacheco y Téllez Girón, que enriquecieron la localidad con la construcción del castillo, la edificación de la colegiata, su amurallamiento y la creación de nuevas infraestructuras y nuevos barrios.
Pero los marqueses no se pueden atribuir todos los méritos, especialmente en lo que a calidad de vida se refiere. Mientras hoy día nadie duda de que la educación, la asistencia sanitaria y el bienestar social son derechos fundamentales que nos tiene que garantizar el Estado, en el siglo XV era justo al contrario: lo de los derechos humanos no les sonaba ni de pasada —quedaban cinco siglos para que fuesen reconocidos— y lo que era impensable para la gente de a pie era tener acceso a cualquiera de estos “privilegios”.
En ese escenario, hay que resaltar el papel de la Iglesia, pues, durante siglos, fue la única institución que proporcionó algún tipo de servicio público: parroquias, conventos y monasterios ejercían también de hospitales, asilos, colegios, bibliotecas y hasta mercados.
En el campo de la medicina, la Iglesia albergó a los médicos más sobresalientes, que investigaban y empleaban las mejores técnicas médicas conocidas en cada momento para salvar vidas. Así, creaban hospitales destinados a curar enfermos pobres y prestar asistencia a peregrinos, como el Hospital de San Andrés, en Belmonte, o el Hospital de Pobres de Mota del Cuervo, que se encuentra a escasos 18 kilómetros.
¿Sabías
Que...
…la producción del hielo era esencial para poder curar a los enfermos durante la alta edad media y casi hasta el s. XX?
Los pozos de nieve eran habituales en conventos y monasterios por sus enormes aplicaciones médicas. En primer lugar, porque era la única fuente de agua no contaminada de la que se disponía en el verano, cuando se secaban los manantiales, pues la nieve formada por agua de lluvia es agua destilada, y se consideraba “agua sana” que podían beber los enfermos, no como la procedente de aljibes o de los ríos.
Algunos de estos pozos de nieve aún se conservan: en Mota del Cuervo y en la ermita de Virgen de Rus, cerca de San Clemente, se guarda la memoria histórica de su existencia; también existe un pozo de nieve en Belmonte, situado en la calle de Villanueva.
Obras son amores
y no buenas
razones
Ya hemos visto cómo Belmonte renacía a través del compromiso de la nobleza y de la Iglesia con la sociedad, cubriendo sus necesidades más básicas. La Iglesia, en particular, por su misión asistencial fue encargándose paulatinamente de la creación y puesta en marcha de infraestructuras productivas, que hacían que la sociedad ganara cada vez más cotas de desarrollo.
Desde su fundación, la Diócesis de Cuenca, en su búsqueda por mejorar la calidad de la población fue también la principal promotora del desarrollo de la industria local. Favoreció el comercio de la zona, ya que adquiría gran parte de los materiales de construcción, la artesanía, los productos textiles o los alimentos para abastecer a iglesias y monasterios. Además, a través de cofradías y gremios, ayudaba a la articulación de los procesos artesanales e industriales y a la cobertura social de los diversos colectivos profesionales. La Iglesia también disponía de sus propios ingenios, como molinos de viento y hornos alfareros, que servían como espacios de producción y experimentación. En su momento estos fueron ¡pura tecnología!
¿Sabías
Que...
… en estas tierras la historia sigue viva? ¡En Belmonte se sigue guerreando!
¿Te gustaría ver por un agujerito cómo sería una de esas épicas batallas de la Edad Media para intentar conquistar el castillo? Pues te proponemos un plan mucho mejor: ¡vivirlo en primera persona! No, ¡no nos hemos vuelto locos! En la actualidad el castillo de Belmonte es el escenario de luchas de combate medieval de intrépidos guerreros, a las que podrás asistir y que por su ambientación y recreación histórica al milímetro —trajes, armas, armaduras y fiereza de los combates— te transportarán de lleno seis siglos atrás.
Por cierto, se da la paradoja de que este castillo superdefensivo, pensado y construido para repeler los ataques más que probables de terribles enemigos, al final no tuvo que ser usado para este fin, porque ¡nunca fue asediado!
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Cómo llegar
Belmonte se encuentra en la comarca de La Mancha, 100 km al este de la capital conquense, muy próximo a la frontera con la provincia de Toledo.
Llegar en coche:
Desde Cuenca: la duración del viaje es de, aproximadamente, 1:15 horas, saliendo de la ciudad en dirección sur por la carretera N-400 hasta llegar a la carretera N-420, por la que se deberá circular hasta llegar a Belmonte
Desde Madrid: la duración del viaje es de, aproximadamente, 1:30 horas, circulando por la autovía del Valencia (A-3) hasta la salida 104 y, posteriormente, por las carreteras autonómicas CM-310 y CM-3011 en dirección Belmonte.
Desde Valencia: la duración del viaje es de, aproximadamente, 2:15 horas, circulando por la autovía del Valencia (A-3) hasta la salida 104, siguiendo las indicaciones del apartado anterior.
Coordenadas GPS: 39º 33′ 23″ N 2º 42′ 24″ O
Qué ver y qué hacer en Belmonte y sus alrededores
UN TESORO DESCONOCIDO
Apenas a 6 kilómetros de Belmonte se encuentra Villaescusa de Haro, un verdadero tesoro inexplorado por su fabuloso patrimonio civil y religioso, como la Iglesia de San Pedro, el castillo, el Colegio Universitario o el Palacio de los Ramírez. Merece la pena pasear por las calles de Villaescusa y saborear la historia que atesora entre sus edificios y sus ruinas
LA MANCHA, CAPITAL CIENTÍFICA
Al oeste de Belmonte, junto a la frontera con la provincia de Toledo, se encuentra Mota del Cuervo, un lugar ideal para conocer y experimentar la esencia de La Mancha conquense. Bien llamada El balcón de La Mancha, Mota del Cuervo acerca al visitante todo lo que puede ofrecer la comarca manchega. Sus molinos, su horno alfarero, sus museos y sus ingenios medievales, te permitirán conocer algunos de los grandes hitos de la ciencia española…donde no te lo esperabas.
UNA PUESTA DE SOL ÚNICA
Si tienes la oportunidad de disfrutar de una puesta de sol en las proximidades de Belmonte, lo más recomendable es disfrutarla en los alrededores de la laguna de Manjavacas. En invierno, este asombroso humedal es un verdadero paraíso para ornitólogos y curiosos, pero también para disfrutar de un paisaje fascinante. En verano, la laguna es el escenario de una de las romerías más espectaculares de la región.
ITINERARIOS Y PROPUESTAS
TIERRA DE CABALLEROS
NO SON MOLINOS, SINO GIGANTES
AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO
Más sobre belmonte
El Ayuntamiento de la villa de Belmonte pone a disposición de los visitantes, en su web, un completo y detallado plano turístico de la ciudad e información de interés para preparar la visita con todo lujo de detalles.
El propio castillo de Belmonte también dispone de una página web donde es posible realizar un tour 3D por las dependencias del castillo y conocer las distintas experiencias y actividades que ofrece a sus visitantes, entre ellas una sorprendente exhibición de máquinas de asedio de diferentes épocas históricas. Es posible adquirir las entradas a través de la propia web.
Es especialmente recomendable visitar Belmonte y su castillo en verano, cuando se organizan numerosas ferias y actividades ambientadas en la excepcional fortaleza. El castillo de Belmonte es un hervidero de actividad durante la primavera y el verano, celebrándose, entre otros eventos, jornadas de terror, recreaciones históricas o sesiones de combate medieval.