Fábrica de héroes:
caballeros, samuráis Y OTROS GUERREROS DE LA FE
¿QUÉ COMPARTÍAN CABALLEROS Y SAMURÁIS SI A SIMPLE VISTA PARECEN ANTAGÓNICOS?
Ahora que están tan de moda los videojuegos de caballeros y samuráis, es hora de conocer un poco de qué iba el código de lealtad que ambos tipos de guerreros compartían. ¿Cómo? Si a simple vista parecen antagónicos, ¿verdad? ¡Pues tenían más puntos en común de lo que parece!
No podemos predecir quién habría ganado en una batalla cuerpo a cuerpo —nunca llegaron a enfrentarse porque estaban demasiado lejos—, pero si ponemos en una balanza sus fuerzas, sus motivaciones y sus circunstancias, ¡veríamos que estaban muy igualados!
Te proponemos que nos acompañes en una pequeña vuelta al mundo, para ver como, ante problemas similares, las soluciones que se encuentran son muy parecidas. La principal parada de este viaje es, como te hemos adelantado, el país del sol naciente, para terminar volviendo a nuestro punto de partida: ¡Cuenca!
HONOR, VALENTÍA Y SERVICIO
Empieza nuestra vuelta al mundo y la primera parada la hacemos en Japón. Allí encontramos a los samuráis que, al igual que nuestros hidalgos españoles y que los caballeros del resto de Europa, estaban regidos por vínculos familiares y de lealtad, como vasallos, a una autoridad superior. Pese a la gran distancia que los separaba, caballeros y samuráis compartían el respeto a sus códigos de honor, valentía, servicio, defensa de los suyos y fidelidad a la causa que defendían, y tanto unos como otros consideraban una honra ser los primeros en entrar en el combate.
Los guerreros europeos se regían por los valores morales del cristianismo, recogidos en el código de la caballería, mientras que los samuráis lo hacían por los valores del budismo zen y su código de honor, el bushido, que incluía también la rectitud, el coraje, la benevolencia, el respeto y la honestidad.
¿Sabías
Que...
…caballeros y samuráis tiene similitudes porque España y Japón se parecen más de lo que creemos?
¡Así es! España y Japón son las dos monarquías más antiguas del mundo. Somos dos países de cultura milenaria y, pese a que no tuvimos contacto hasta el siglo XVI, la similitud de nuestros climas y estilos de vida nos llevó a encontrar soluciones muy parecidas a muchos de nuestros problemas, como hemos visto por ejemplo en materia militar. La cultura japonesa despierta fascinación entre los españoles y lo mismo pasa con los japoneses hacia nuestra cultura, ¡la encuentran de lo más exótica y les apasiona! Precisamente en Cuenca encontramos un gran ejemplo: los japoneses conocieron la ciudad a través del manga, ya que el anime So Ra No Wo To (El sonido del cielo) transcurre en una ciudad imaginaria llamada Seize, que es ¡una réplica de Cuenca en dibujos! ¡Alucinante!, ¿no? Ahora los japoneses tienen un aliciente más para acudir en masa a la ciudad y retratar con sus cámaras cada centímetro de su fisonomía.
caballeros y samuráis, guerreros con espíritu de trascendencia
Los caballeros vivían en una sociedad compleja, lo mismo que los samuráis, a quienes las luchas intestinas de clanes ayudaron a construir un férreo ideal de guerrero, que prefería morir antes que rendirse. Sin embargo, a pesar de la frecuencia de las luchas internas, ambas culturas tenían experiencia en la lucha contra invasores extranjeros: mientras que los europeos combatieron contra vikingos, musulmanes, turcos, etc., los japoneses hicieron lo propio frente a coreanos, chinos… incluso llegaron a compartir un enemigo, los mongoles. No terminan aquí las similitudes: unos y otros lucharon con tecnologías equivalentes —curiosamente, sus dos ejércitos evolucionaron de la misma manera hacia una infantería con armas de fuego—, en climas y terrenos bastante parecidos, y por razones superiores a la defensa de la propia vida. Además, en las dos culturas los guerreros amaban la poesía, al tiempo que ensalzaron el ideal romántico-cortés.
LA FUSIÓN DE UN CONCEPTO DE NOBLEZA
En la siguiente parada en esta particular vuelta al mundo nos detendremos, como Hernán Cortés, en el México precolombino. Allí también existieron figuras parecidas a los hidalgos y a los samuráis que desempeñaban labores militares y políticas en la administración del bien colectivo. Se les conocía con el nombre de tlatoques (nobles). En este caso, se produjo una fusión entre estos antiguos guerreros precolombinos y los hidalgos, pues los tlatoques siguieron desempeñando las mismas funciones al inicio del periodo virreinal, fusionados ahora con las artes caballerescas europeas.
¿Sabías
Que...
…en el seminario de Cuenca puedes encontrar un tratado de esgrima?
Y un tratado de danza, y un manual para aprender a tocar la vihuela… ¿a que no es lo que te esperabas encontrar en un seminario?
Tiene su explicación: la Iglesia asumió la educación de la sociedad, incluida la de los nobles. Cuando un caballero, noble o hidalgo alcanzaba la edad adulta, se le exigía una formación que le permitiera desempeñar correctamente las tareas que tenía asignadas desde su nacimiento, ¡y no eran pocas! Como era de esperar, se le instruía en el manejo de las armas y el conocimiento de la equitación, la caza y la historia de la guerra. Pero su educación no terminaba ahí: también era formado para otras necesidades más mundanas y sociales como la música, la danza, la poesía, la retórica, la filosofía, el derecho, la historia, la teología… ¡hasta hacía sus pinitos en latín, griego o árabe! Por eso encontramos en las bibliotecas de catedrales y seminarios textos así de curiosos ¡que versan sobre todas estas materias!